Presbiacusia: La Pérdida Auditiva a Medida que Envejecemos
En este post abordaré las señales de alerta que podrían indicar presbiacusia o problemas auditivos en adultos mayores.
¿Qué es la Presbiacusia?
La presbiacusia es la pérdida de audición normal que se experimenta con el envejecimiento.
Causa Principal
La causa principal es la pérdida de las células sensoriales de la cóclea, que no son reemplazadas.
Inicio y Manifestación
La presbiacusia puede comenzar alrededor de los 20 años, pero generalmente se manifiesta después de los 65 años.
¿Quiénes son los Más Afectados?
Los hombres son los más afectados, tanto en número como en severidad.
Sintomatología
- Pérdida de audición en ambos oídos (sordera bilateral), que puede estar acompañada de acúfenos (zumbidos o pitidos) y/o vértigo (sensación de que la habitación gira).
- Afecta principalmente las frecuencias agudas (2.000 a 4.000 Hz).
- Dificultad para oír y entender lo que se dice, especialmente en lugares ruidosos.
- Necesidad de que les repitan varias veces para entender lo que se dice.
Diagnóstico
El diagnóstico de la presbiacusia se realiza mediante una evaluación auditiva completa realizada por un audiólogo o fonoaudiólogo especializado. Esta evaluación dura aproximadamente una hora y no causa molestias ni dolor al paciente.
Tratamiento
El tratamiento de la presbiacusia depende de varios factores como la edad, el estado general de salud y el avance de la enfermedad. Algunas recomendaciones generales incluyen:
- Evitar ruidos fuertes y reducir la exposición al ruido.
- Usar tapones para los oídos.
- En casos de incomunicación social, se recomienda el uso de audífonos en uno o ambos oídos y aprender lectura labiofacial (LLF). Esta terapia puede ser realizada por un fonoaudiólogo, quien capacitará al paciente en la lectura labiofacial y el uso óptimo de audífonos.
- El apoyo familiar es crucial. La comprensión y el apoyo del entorno familiar pueden ayudar significativamente a la persona con presbiacusia.
Experiencia Personal
Es sumamente difícil perder la audición y no poder entender lo que se dice, lo que lleva a la incomunicación. Recuerdo el caso de una paciente de cerca de 80 años que llegó a la consulta audiológica durante mi internado. Llorando, nos dijo: “No escucho nada… por favor ayúdenme, quiero unos audífonos para poder volver al club de adultos mayores y conversar con mis amigas”. Esta señora vivía sola y su única conexión social era el club de adultos mayores al que solía asistir. Este caso resalta la importancia de apoyar a nuestros adultos mayores que enfrentan esta patología audiológica.
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